
No es fácil para mí afrontar esta situación, no es fácil, es uno de esos tantos golpes que la vida me ha dado pero que, indudablemente, me han otorgado el privilegio de valorar todo cuanto tengo.
Las cosas no se dieron como imaginé. Tuve que llorar, tuve que sufrir y preguntarme mil veces por qué, por qué la ruta tuvo que ser tan amarga. Al final de cuentas yo te amé, te amé como nunca imaginé que amaría a alguien.
Y ahora se me hace imposible pretender que no ha pasado nada, aunque es evidente cuan vacías son tus palabras. Pero qué triste es sentirse engañada por enésima vez, ahora sabiendo que todo es distinto y que hay algo mucho más profundo que atenta contra la continuidad de todo.
Les voy a contar una historia que pocos leerán y que unos cuantos conocen parcialmente...
Como muchos, creo yo, no fui una de esas hijas planificadas, mis papás eran jóvenes y estudiantes universitarios, ninguno tenía intenciones de traer una criatura a este mundo y medio en contra de sus voluntades, lo tuvieron que hacer. Se casaron y unos 5 meses después nací yo. Lloré antes de que me sacaran de la guata, lloré antes de que el Doctor me pegara la palmada y dijera "Es una niñita", lloré antes de que cualquier persona pudiera verme. Mi mamá dice que cuando me pusieron en sus brazos me encontró tan fea que creyó que tenía alguna enfermedad y que se lo estaban ocultando, dice que mi cabeza era demasiado chiquitita y estaba toda arrugada, además sufrí asfixia prematura, por lo que sus dudas no eran tan descabelladas.
Creo haber tenido una infancia feliz, viví con mis primos 10 años y tengo muy buenos recuerdos de eso. Son como mis hermanos, los amo infiniamente. Fui además una niña muy imaginativa, tenía tres amigos imaginarios (el Taque , el Simo y el Dua), vi al viejito pascuero, al ratón Pérez (el de los dientes), al conejito de los huevos de chocolate, y cada noche durante muchos años vi a un lobo sentado en la esquina de mi pieza, que fumaba un cigarro y no me dejaba dormir. Precoz para todo, empecé a hablar como a los 7 meses, aprendí a leer y escribir antes de los cuatro años, probé el cigarro a los 9 y la marihuana a los 11. Siempre fui muy extrovertida,hacía shows de baile en los cumpleaños, le hablaba a las personas en la micro, etc.
Estuve en muchos colegios, en siete, creo. En quinto básico empecé a ir a mis primeras fiestas con amigos, esas con permiso hasta las 12 de la noche, onda "mini lolos". Siempre sí tuve mis aventurillas con mis primas más grandes, que me llevaban a sus carretes con gente de 20 años..jaja....
En sexto tuve mi primer pololo, el Abel. Es un cubano re simpático que aún es un buen amigo. Duramos 9 meses y ni siquiera me acuerdo por qué terminamos. Lo quise mucho, fue una buena y bonita primera experiencia de "intento de amor". Entre séptimo y octavo pololié con el Salvador, duramos un año justo (del 7 de octubre del 98 al 7 de octubre del 99), él es un hombre demasiado especial, al cual quiero y quise muchísimo, con él fueron los primeros "Te amo", esos bien de niños, las salidas al cine, las comidas con los papás, etc. Somos amigos, yo creo que eternamente lo seremos. El Alex, mi tercer pololo, con él duré re poco, cerca de dos meses, pero ufff....yo creo que fue él el que más me gustó, estaba re loquita por ese niñito flaquito y moreno. Terminamos porque me dejé llevar por mis amigos, por sus comentarios y opiniones, en fin, una tontera. No lo he visto muchas veces después de eso, pero creo que le rompí el corazón y algún resentiemiento me tiene aún.
Siempre me fue bien en el colegio, los primeros lugares en todo y con mi personalidad estaba metida en cada actividad, de organizadora de lo que hubiese que organizar. Tuve buenos amigos y con muchos de ellos todavía mantengo ese lazo afectivo exquisito que me hace confesarles todo mi cariño cada vez que tengo la oportunidad de encontrármelos por ahí. Hija ejemplar, hermana ejemplar, sobrina ejemplar, etc. Muchas esperanzas y sueños puestos en mí.
Cuando tenía 13 años, en octavo, conocí al Sebastián. Él estaba próximo a cumplir 19 años, ya había salido hace dos años del colegio y no hacía nada, tenía cero expectativa de vida. No sé, me gustó, por esas cosas de la vida yo también le gusté a él. Empezamos a pololiar el 26 de diciembre del 99, en contra de todos y todo, de la opinión de mis papás, de los suyos, de amigos. Realmenete nadie nos quería juntos. Quizás tenían razón, nunca lo sabré. Extrañamente me convertí como en una polola-mamá, lo motivé a estudiar y trabajar, le elgía la ropa, le cortaba el pelo, las uñas, le hacía comiditas ricas. ¿Lo amé?, no sé, a veces digo que sí y otras veces digo que no. Más bien creo que yo lo salvé y él me acompañó, pues al momento de conocerlo yo me sentía una niña bastante solitaria.
Mis padres terminaron por aceptar al Seba, incluso llegaron a quererlo. Le vivían diciendo que me tenía que cuidar, que yo era una niña....y todas esas cosas que dirían los papás que ven a un hombre de casi 20 años pololiando con su hija de 14. Carretié harto, tuve amigos, la pasé muy bien.
El día de mi fiesta de los quince tenía un mes de atraso. Sólo el Sebastián y yo lo sabíamos. Ese fue el último día que estuve con mis amigos, que los ví a todos, que cantamos y bailamos, que vi a mis papis felices y orgullosos de mí. Ese fué el último día.
"Mami, estoy embarazada", la cara de mi mamá se desfiguró por completo, se puso a llorar, no me decía nada. Tomó el auto y se fue, chocó. No le pasó nada más grave de lo que le había hecho yo. Al rato llegó mi papá, con el rostro tres mil veces más desfigurado que mi mamá. Yo no paraba de llorar, no sabía que hacer, ni qué decir, ni nada de nada. Me mi ró y me dijo "¿Tú sabes lo que significa tener una guagüita?", yo callaba, "No la vas a tener", me dijo.
Mi casa estaba envuelta en una atmósfera negra. Fuimos todos al médico que corroboró mi embarazo delante de mis padres. Ya tenía siete semanas. Escuché latir el corazón del bebé, todos lo escuchamos. Yo no habría sido capaz de hacerle nada malo a ese bebé, no podía. Pasaron unos días y mis papás terminaron por resignarse, tampoco fueron capaces de someterme a un aborto. No vi más al Sebastián, el nunca apareció para dar algún tipo de explicación, a mi no me dejaban verlo, a veces me llamaba por teléfono y sólo llorábamos, nada más.
Mi papá no me habló en mucho tiempo. El 25 de diciembre me fui a la Clínica, mi papá se acercó y me dio un beso en la guata. Quizás suene exagerado, pero pocas veces he sentido una emoción tan grande como esa.
Braulio nació el 26 de Diciembre del 2001, el mismo día en que con su papá cumplíamos dos años de pololeo. Muchas cosas fueron difíciles, dejé un año de estudiar, aprendí a dormir menos, tuve que enfrentarme a una sociedad que no siempre acepta ese tipo de cosas. Pero una sonrrisa del Braulio lo curaba todo, cualquier pena, cualquier dolor. Cada cosa de él se transformaba en una razón para seguir viviendo. Cuando aprendió a decir mamá, cuando aprendió a caminar...cada cosa. Es tan inteligente mi niñito, tan hermoso, tan fuerte. También ha tenido que sacrificarse harto por tener una mamá joven e inexperta. Pero hay un amor inmenso entre nosotros, inmenso, ese a
mor que cada día me da fuerzas y que no permite que me rinda cuando el mundo se oscurece ante mis ojos, ese amor que ahora mismo me hace llenarme de lágrimas. Aún cada una de sus cosas sigue llenándome de vida y sé que eso seguirá siendo así por siempre, por todo lo que me quede de vida.
Continuará.....
Como muchos, creo yo, no fui una de esas hijas planificadas, mis papás eran jóvenes y estudiantes universitarios, ninguno tenía intenciones de traer una criatura a este mundo y medio en contra de sus voluntades, lo tuvieron que hacer. Se casaron y unos 5 meses después nací yo. Lloré antes de que me sacaran de la guata, lloré antes de que el Doctor me pegara la palmada y dijera "Es una niñita", lloré antes de que cualquier persona pudiera verme. Mi mamá dice que cuando me pusieron en sus brazos me encontró tan fea que creyó que tenía alguna enfermedad y que se lo estaban ocultando, dice que mi cabeza era demasiado chiquitita y estaba toda arrugada, además sufrí asfixia prematura, por lo que sus dudas no eran tan descabelladas.
Creo haber tenido una infancia feliz, viví con mis primos 10 años y tengo muy buenos recuerdos de eso. Son como mis hermanos, los amo infiniamente. Fui además una niña muy imaginativa, tenía tres amigos imaginarios (el Taque , el Simo y el Dua), vi al viejito pascuero, al ratón Pérez (el de los dientes), al conejito de los huevos de chocolate, y cada noche durante muchos años vi a un lobo sentado en la esquina de mi pieza, que fumaba un cigarro y no me dejaba dormir. Precoz para todo, empecé a hablar como a los 7 meses, aprendí a leer y escribir antes de los cuatro años, probé el cigarro a los 9 y la marihuana a los 11. Siempre fui muy extrovertida,hacía shows de baile en los cumpleaños, le hablaba a las personas en la micro, etc.
Estuve en muchos colegios, en siete, creo. En quinto básico empecé a ir a mis primeras fiestas con amigos, esas con permiso hasta las 12 de la noche, onda "mini lolos". Siempre sí tuve mis aventurillas con mis primas más grandes, que me llevaban a sus carretes con gente de 20 años..jaja....
En sexto tuve mi primer pololo, el Abel. Es un cubano re simpático que aún es un buen amigo. Duramos 9 meses y ni siquiera me acuerdo por qué terminamos. Lo quise mucho, fue una buena y bonita primera experiencia de "intento de amor". Entre séptimo y octavo pololié con el Salvador, duramos un año justo (del 7 de octubre del 98 al 7 de octubre del 99), él es un hombre demasiado especial, al cual quiero y quise muchísimo, con él fueron los primeros "Te amo", esos bien de niños, las salidas al cine, las comidas con los papás, etc. Somos amigos, yo creo que eternamente lo seremos. El Alex, mi tercer pololo, con él duré re poco, cerca de dos meses, pero ufff....yo creo que fue él el que más me gustó, estaba re loquita por ese niñito flaquito y moreno. Terminamos porque me dejé llevar por mis amigos, por sus comentarios y opiniones, en fin, una tontera. No lo he visto muchas veces después de eso, pero creo que le rompí el corazón y algún resentiemiento me tiene aún.
Siempre me fue bien en el colegio, los primeros lugares en todo y con mi personalidad estaba metida en cada actividad, de organizadora de lo que hubiese que organizar. Tuve buenos amigos y con muchos de ellos todavía mantengo ese lazo afectivo exquisito que me hace confesarles todo mi cariño cada vez que tengo la oportunidad de encontrármelos por ahí. Hija ejemplar, hermana ejemplar, sobrina ejemplar, etc. Muchas esperanzas y sueños puestos en mí.
Cuando tenía 13 años, en octavo, conocí al Sebastián. Él estaba próximo a cumplir 19 años, ya había salido hace dos años del colegio y no hacía nada, tenía cero expectativa de vida. No sé, me gustó, por esas cosas de la vida yo también le gusté a él. Empezamos a pololiar el 26 de diciembre del 99, en contra de todos y todo, de la opinión de mis papás, de los suyos, de amigos. Realmenete nadie nos quería juntos. Quizás tenían razón, nunca lo sabré. Extrañamente me convertí como en una polola-mamá, lo motivé a estudiar y trabajar, le elgía la ropa, le cortaba el pelo, las uñas, le hacía comiditas ricas. ¿Lo amé?, no sé, a veces digo que sí y otras veces digo que no. Más bien creo que yo lo salvé y él me acompañó, pues al momento de conocerlo yo me sentía una niña bastante solitaria.
Mis padres terminaron por aceptar al Seba, incluso llegaron a quererlo. Le vivían diciendo que me tenía que cuidar, que yo era una niña....y todas esas cosas que dirían los papás que ven a un hombre de casi 20 años pololiando con su hija de 14. Carretié harto, tuve amigos, la pasé muy bien.
El día de mi fiesta de los quince tenía un mes de atraso. Sólo el Sebastián y yo lo sabíamos. Ese fue el último día que estuve con mis amigos, que los ví a todos, que cantamos y bailamos, que vi a mis papis felices y orgullosos de mí. Ese fué el último día.
"Mami, estoy embarazada", la cara de mi mamá se desfiguró por completo, se puso a llorar, no me decía nada. Tomó el auto y se fue, chocó. No le pasó nada más grave de lo que le había hecho yo. Al rato llegó mi papá, con el rostro tres mil veces más desfigurado que mi mamá. Yo no paraba de llorar, no sabía que hacer, ni qué decir, ni nada de nada. Me mi ró y me dijo "¿Tú sabes lo que significa tener una guagüita?", yo callaba, "No la vas a tener", me dijo.
Mi casa estaba envuelta en una atmósfera negra. Fuimos todos al médico que corroboró mi embarazo delante de mis padres. Ya tenía siete semanas. Escuché latir el corazón del bebé, todos lo escuchamos. Yo no habría sido capaz de hacerle nada malo a ese bebé, no podía. Pasaron unos días y mis papás terminaron por resignarse, tampoco fueron capaces de someterme a un aborto. No vi más al Sebastián, el nunca apareció para dar algún tipo de explicación, a mi no me dejaban verlo, a veces me llamaba por teléfono y sólo llorábamos, nada más.
Mi papá no me habló en mucho tiempo. El 25 de diciembre me fui a la Clínica, mi papá se acercó y me dio un beso en la guata. Quizás suene exagerado, pero pocas veces he sentido una emoción tan grande como esa.
Braulio nació el 26 de Diciembre del 2001, el mismo día en que con su papá cumplíamos dos años de pololeo. Muchas cosas fueron difíciles, dejé un año de estudiar, aprendí a dormir menos, tuve que enfrentarme a una sociedad que no siempre acepta ese tipo de cosas. Pero una sonrrisa del Braulio lo curaba todo, cualquier pena, cualquier dolor. Cada cosa de él se transformaba en una razón para seguir viviendo. Cuando aprendió a decir mamá, cuando aprendió a caminar...cada cosa. Es tan inteligente mi niñito, tan hermoso, tan fuerte. También ha tenido que sacrificarse harto por tener una mamá joven e inexperta. Pero hay un amor inmenso entre nosotros, inmenso, ese a

Continuará.....
10 comentarios:
Tus ojos infinitamente azules y tu boca exorbitantemente roja me han vuelto loco.
El Loco.
Me Gusta La Experiencia de la Desnudez Vivencial
Ordena Ideas, Conceptos y Nos hace Comprender que somos más que numeros y cifras...
Supongo ke no puede ser mas lo ke puedo agregar, pero tampoco tengo la pretension de ser menos.
Solo dame un minuto de tu tiempo, y te aseguro ke hare todo lo ke pueda para ke todas esas cosas ke opacan un tantito tu sonrisa, se vayan lejos, las deahogues... te escuchare, tal vez te de un abrazo o dos, kizas un beso en la frente...
No pretendo hacerte olvidar.
No puedo, ni kiero. Tu vida y lo ke es, lo ke ha sido y lo ke sera... eso te correponde a ti.
Puedo intentar mejorar algunas cosas, puedo intentar ser parte de tu biografia...
Solo dame un minuto.
Ahora me doy cuenta de muchas cosas, de lo que es la vida, de la cantidad de experiancias y sentimientos que van con nosotros...
La fragilidad de las cosas... eres increible...
Vive...!!!
es muy bueno desnudar la mente y el alma....pero no delante de todo el mundo....solo ante unos elegidos...es peligroso,ya que todo lo que dices podra ser usado en tu contra...quizas necesitas desahogarte delante de tanta gente desconocida, porque te has enfocado mucho en tu hijo...tu amor a tu hijo debe ser el que se dan en mas cantidad, pero no debes darle TODO tu amor...es malo para ambos
Y como se supone que fue haber si me la puedes contar?
Queridísima Joan:
Sabes...me paseaba entre muchos blogs, y esto fué lejos, la biografía más sincera que he visto.
De verdad, está muy linda, y creo ser espectador directo de una pequeña parte de tu vida. En el colegio, y en menor parte HOY.
Pese a eso, una parte de Nosotros sigue igual que siempre. Tu me entiendes (o no).
De verdad, está muy bella y sincera tu historia.
nO sé que más decir, solo que te quiero mucho, y no importa si no nos vemos tan seguido.
Instancias como estas, son las que nos acercan y ayudan a conocernos mejor.
(QUE MAMÓN, PERO ES CIERTO)
uN bESO, un Abrazo..
Juan S. Cárcamo M.
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