jueves, diciembre 6

Una posibilidad es que hayas nacido con mi palabra
con mi primer respiro
o que yo haya deseado tan fuerte que fueras el dueño de mi último aliento
que alguna cuerda tuya se haya atado en mi lengua.


Cuando todas las notas suenan y bailan, dibujándote
es un perpetuo cuando
un silente dónde
se tropieza en mis comisuras una lágrima azul

anunciándome

que todo vuelve a comenzar, que el infinito ya se superó a sí mismo
para seguir el ciclo de repasarte... y repasarte.

Juro haberte esperado, tantos tantos días
hasta cambié la piel
y el color.. de blanco a ocre, de rojo a ocre, de azul... a ocre.

Más de siete millones de pasos con tempestades
para dejar de sentir tus torpes vibraciones
y todo resultó en vano.

No son suficientes, años y kilómetros, veredas, calles, sangre y ataúdes
para convencerme
para resignarme
para callarme a rasguños de la boca tu nombre...

Acá, en mi seco jardín
en mi marchitado andar
en mi ténue reir...

Te espero,
te juro, mi vida, que te espero.