lunes, octubre 3

Mi cielo vainilla.....

¿Por qué Vanilla Sky? Porque tiene algunas de las respuestas que busco y alguna de las salidas que he necesitado.

Una de las cosas que más me impactó de Vanilla Sky fue el momento en que una decisión lo cambió todo. El personaje de Tom Cruise se subió al auto de Cameron después de pensarlo un par de segundos, sin saber que esa simple decisión podría cambiar todos sus planes futuros...¿su destino? No lo sé. Minutos antes había estado con ella...Sofía, su alma gemela.

El viaje en aquel auto lo condenó a no vivir jamás su amor con Penélope Cruz (Sofia). Todo lo que pasa después es su sueño, el sueño de amor que nunca se materializó. Ese sueño es una de las historias de amor más lindas que he visto, me emotiva esa película...
Uno lo sabe, sí, uno sabe que cuaquier decisión de tu vida tiene un grado de importancia más o menos elevado, pero cuando me dedico a analizar mis vivencias, mis decisiones, mis pasos dados, esta "revelación" (que en realidad no lo es tanto) me da escalofríos. ¿Hay cosas de mi vida que yo cambiaría? Definitivamente, sí. ¿Pequeños actos, simples, como subir a un auto? Sí, definitivamente. Yo, Joan Victoria Jaña Ortiz, si hubiera conocido el desenlace, jamás, jamás habría mirado para atrás...esa es, sin duda, la estúpida decisión que más me pesa hoy. Y pienso...¿Por qué uno tiene que dar pasos en falso? ¿Por qué cuando uno ha superado dificultades tan extremas cae una pared delante de ti, junto con una venda de ojos? ¿Por qué la siguiente piedra tiene que ser aún más grande?. Entonces, entiendo y valoro el suicidio de Tom Cruise...sí, yo también hubiese querido vivir un sueño a la absurda realidad. Lo malo es que la alternativa que te presenta la película no existe para nosotros, no está dado por nadie decirme: Joan, cierra los ojos...sueña.

¿Por qué Tom Cruise se sube al auto? ¿Por qué Joan Jaña miró hacia atrás? A ninguno de los dos le favoreció en lo más mínimo. La película se hace injusta y me dan ganas de odiarla. "Sé que nos encontraremos en otra vida, cuando ambos seamos gatos"...eso no puede consolar a nadie...y el cielo vainilla queda para nosotros. Para uno sólo.

En esa película no existe Dios, no puede existir. ¿Existe en este mundo? ¿ Y dónde está ahora?
No aquí al menos.

No quiero ser ese que se equivocó. No quiero dar otro paso en falso. No quiero odiar mil veces a esta vida y sus falsos, asquerosos, superficiales elementos, componentes. No quiero ser parte del maldito mundo y sus ganas de tener esperanzas. No quiero quedarme sola soñando un sueño vainilla. Y no tengo el valor del personaje (Cruise) de arrojarme y vivir...para decidir veinte mil veces más entre un millón de caminos distintos. No quiero que mi hijo elija en este mundo. Pero nada detiene este girar absurdo y repetitivo, tonta y torpemente. Y las decisiones, una angustia en la garganta. Y Dios ausente.

"No seré libre mientras tenga esperanzas"

Pero no tengo esperanzas y sigo prisionera.

Un asco. Un cielo.

(Redacción como el oyin....escrito vísceral)

1 comentario:

visitor q dijo...

Hola, Joancita

De la película en sí no te hablaré mucho puesto que ya hemos comentado maravillosamente ésta (aunque ABRE LOS OJOS es mejor). Creo que tu análisis de VANILLA SKY es notable, se nota que te llegó, que captaste la fragilidad de nuestra existencia. Somos seres abducidos por la perplejidad, atónitos ante un mundo que pasa demasiado rápido ante nuestros ojos. Una, tan sólo una decisión (por más ínfima que sea), puede girar completamente nuestra vida.
Pero somos humanos, una parte más del engranaje universal, que busca precisamente encontrar "su parte" dentro de todo. Somos un rayo más, de los infinitos, que tiene la rueda de bicicleta de la realidad.
Somos, según Nietzsche, seres condenados "al eterno retorno"... todo es igual y siempre lo será así. El hombre ha matado a Dios y parece correr a una velocidad muy diferente al de la realidad.

¿Dios?¿Realidad?¿Sueños?... o ¿Nada?... prefiero !Juego! Somos jugadores de ajedrez enfrentando a la realidad, mente y sueños son piezas para mover a nuestro gusto. ante la fragilidad de nuestras vidas podemos sufrir y maldecirnos, pero también...¿Qué sería la vida sin estas cosas?¿Sin esta fragilidad?... creo que nada.
Somos humanos y nuestro don es reír y llorar, sólo debemos mover nuestras piezas de la mejor manera. Somos actores que interpretan varios papeles hasta encontrar el que le hace ganar la partida.

El cielo de vainilla existe y no existe, todo depende de nuestro abrir de los ojos, de nuestro juego ante la inmensidad. Si Dios no está... estamos nosotros, los que efectivamente vivimos en esta realidad.

Joancita, me extraña esa actitud derrotista, recuerda que el peronaje de Tom Cruise termina ganando la partida de ajedrez.

"Los sueños son un refugio y no una condena, recuerda.... Sólo juega"

Te quiero mucho mucho muchito. Sé que en poco tiempo verás el cielo vainilla msin necesidad de congelarte ni dormirte.

"OPEN YOUR EYES JOAN"

un besito, de tu amiguito Carlos.