Moraleja

Esas cosas verdaderamente malditas, que incluso dejan todo oliendo a azufre, hasta los pelos de los brazos se impregnan, resulta repugnante y desquiciante. Sé que otra noche escucharé. Pero uno a veces retrocede y eso está verdaderamente mal. No fue bastante haberme equivocado, no me ha servido haber pegado deudas, mis maneras, aún tan frágiles. Lanzarlas al aire es lo entretenido, lo que realmente logra desarrollar el alma, no hace falta aquí el hilo conductor. He ordenado el caos mundial que había en mi planeta, es un alivio. Estrella gemela. Como el sueño más difícil de hallar.

Cuando era chica me gustaba levantar las piedras, abajo siempre habían muchos chanchitos de tierra, me dan asco, pero me agradan al mismo tiempo, sólo porque se hacen pelotita, y me gustan las pelotitas. Estas conversaciones monológicas que he logrado, revelan detalles que ni yo conocía. Uno nunca conoce a nadie, que lástima. Tal vez no sirva de nada el darme cuenta ahora. Mis aires de importante, a veces me olvido que también estoy pisando este suelo, recuérdenmelo. Porque yo soy tu súper héroe.....tuyo.

En el punto desde donde todas las ditancias miden lo mismo, me encuentro, aquí estoy, con un belmont corriente. Y aquí estaré hasta que lo estime necesario, ni los carabineros podrán sacarme, o me quemo a lo bonzo.

Ayer no pude comerme la sopaipilla con pebre de señora gorda y morena. Y pese a que uno intente cambiarle el nombre a todo cuanto hay sobre el planeta, las cosas continúan siendo lo mismo. El alacrán picó a la rana, aún sabiendo que ambos morirían, es su naturaleza. La esencia de las cosas es innegable. No cerremos los ojos, por favor.

Y yo...me llamo Joan...me gusta que me digan Joancita, pero parece que nadie me dice así, ahora que lo pienso. Y no me llamo de ninguna otra forma.

Es así.