lunes, noviembre 21

Como metáfora de perlas y manzanas confitadas...en tu oído...

Podría tomar esos que parecen ser rojos y transportarlos a este espacio,
podría, pero no lo haré, porque me enmarco en la inconsecuencia
y cuelgo de las paredes de ese mal oliente hogar
no sólo soy adorno, además la más bella obra de arte por un par de minutos.
Incluso en el oído...se me oye... y ese olor dulce que todo lo cubre...
el vómito desparramado y el cuadro que cae en mil pedazos.
Camina por encima y se resbala en las perlas de estornudo
todo por culpa de los plátanos orientales que entran por la nariz
los labios morados, el vaho que dibuja y desdibuja, el aliento frío, cansado
y el sabor de tu oído, en mi lengua y todas mis perlas haciendo daño en tus pies...
Eso del constante sueño se vuelve un teleférico ciudadano
con todo y flores en el pelo, soplo mi mano y el viento la lleva hasta su cuello
en su cuello se anida y me rio estruendosa,
"lo cortés no quita lo valiente", me dices caballero...
Y tal como canta Rodríguez,
quisiera ser mariposa blanca
e irritarte en el recuerdo
y no soplarte más en el cuello
no arrojarte más las flores de mi pelo
y no estallar en la almohada para que el accidente nos deje ilesos de una vez por todas.
De carne y hueso he perdido los pedazos,
confitada me desangro en labios corruptos...
de carne y hueso me he soñado espiritual,
confitada me desangro por cada peldaño de la infinita escalera...
dejo mis perlas, en cada uno de ellos
y resbalan, y resbalan y resbalan...
tus ideas, argumentos y actos,
mientas tu oído juega a ser de títere en el teléfono
y yo compro el ticket preferencial para tan burlona actuación.

miércoles, noviembre 16

Una basurilla salvada

Y bastaron tres palabras para sumergirme en tus ojos y en tus labios
Y bastaron, porque no hay fuerza más grande que nuestra naturaleza
que, aunque ajena, convive día a día
los cuerpos no se unen en la atmósfera de sueños y deseos
las almas no se anhelan, no se besan
lo solían hacer, sólo solían hacerlo...
Con mis tres letras sueltas emanando de tus labios
entre los puntos y los verdes
y el pelo cada día más largo y más corto
el sentimiento no se muere,
permanece burlando lo lejano y lo pequeño
los momentos y las risas..
Permanece, porque lo que se creo un día
mediando flechas y girasoles
sin que nadie tuviera que gritar, pedir o desear
cuando todos lo soñaban, lo esperaban,
Permanece,
permanece, cielo,
porque yo soy tan tuya como tú eres mío...

(Esta cosa es re vieja, pero estaba limpiando mi mochila y en vez de botar el papel -que ni siquiera recordaba que lo tenía- decidí botarlo aquí...)

martes, noviembre 15

Caí a un precicpicio y mil palabras retumbaban en mis oídos, palabras de aliento, de cariño y dulzura que rebotaban en mi cerebro y perdían cualquier significado. Me negué a escuchar cada ruido y a ver cada flor, cada sol. Me olvidé de los sentidos y caí, caí sin siquiera pensar en qué haría al momento de golpearme contra el suelo. No alcanzaba a perderme en los abrazos ni a encontrar consuelo en los besos. No alcanzaba a acariciar ciertas manos ni a sentir el dulce de otros labios. No alcanzaba a vaciar mis lágrimas ni en la mesa, ni en el living, ni en la cama.

Caminaba por la calle, el corazón se me caía a pedazos y ni siquiera podía devolverme a recogerlos, ni siquiera eso.

Una tarde de esas que uno quisiera olvidar, me estrellé contra el suelo y el dolor quiso ser infinito, quiso tatuarse en mi alma. Aún no encuentro la respuesta, aún no entiendo el por qué, pero mis entrañas se resistieron a partir y el mundo me recogió en sus brazos, en contra de cada parte de mis ser, en contra de toda mi voluntad, de mi mente mariada en ese segundo de no vida, en ese momento de muerte. Y me quedé, me quedé esperando nada, sin corazón, sin alma y hasta sin pies.

Aquel día abrí los ojos y pude apreciar el Sol, me miraba y hasta me sonrreía. No lo tomé muy en serio, pues no creí que verdaderamente se dirigía a mí. Pero ahí se quedó, por muchos días mostrándome un nuevo brillo. Y aprendí a no dar vuelta la cara, a mirarlo de frente e incluso ofrecerle alguna de mis risas, incluso a ofrecerle mi mano para que la acariciara con su calor... Y cada vez que miro puedo ver cómo este Sol no se cansa de mis desventuras, no se aburre de secar mis lágrimas ni intenta escapar cuando se acerca mi tormenta. Y le doy infinitas gracias, por iluminar el camino de ascenso que emprendí, para salir de este precipicio, le doy nfinitas gracias por ayudarme a encontrar los pedazos de mi roto corazón, le doy infinitas gracias por sujetarme cada vez que he intentado inconscientemente arrojarme de nuevo.

Gracias Solcito, porque pese a que no soy capaz de tocarte con mis manos heridas ni subir o ayudarte a bajar para que crucemos algún río me has dado la fuerza para desafiar cada nuevo día, has secado muchas lágrimas que en algún momento creí que no cesarían. No puedo mentirte, mi camino es largo y debe ser de alguna manera en soledad, porque también ella se ha vuelto una buena amiga. No puedo mentirte ni llenar el aire de promesas. Sólo puedo ofrecerte una que otra risa desparramada por ahí...Sólo puedo decirte que te quiero y que por esa única razón no dejaré que te sumerjas en mi mundo aún corrompido, aún destruído. No dejaré que lo hagas y te exijo que sigas brillando...Con tus blancos y tus matices naranjos que algún día habrán de alegrarle la vida a aquella que ya esté por fin en tierra firme.

A Solcito, por su paciencia y linda nariz ...jaja

sábado, noviembre 12

Las mujeres (Oliveiro Girondo)


No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! - y en esto soy irreductible – no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretenden seducirme! Esta fue - y no otra – la razón de que me enamorase tan locamente, de María Luisa. ¿Que me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Que me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado? ¡María Luisa era una verdadera pluma! Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres... ¡Con que impaciencia yo esperaba que volviese, volando de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. “¡María Luisa! ¡María Luisa!... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte. Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo. ¡Que delicia la de tener una mujer tan ligera... aunque nos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo! Después de conocer a una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo? Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en conseguirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.
(Discúlpame Andrecillo por robártelo, pero es que de verdad me gustó muschísimo....y qué tanto si me lo adueño un poco...cierto?)

sábado, noviembre 5

Algo de mí.....




No es fácil para mí afrontar esta situación, no es fácil, es uno de esos tantos golpes que la vida me ha dado pero que, indudablemente, me han otorgado el privilegio de valorar todo cuanto tengo.
Las cosas no se dieron como imaginé. Tuve que llorar, tuve que sufrir y preguntarme mil veces por qué, por qué la ruta tuvo que ser tan amarga. Al final de cuentas yo te amé, te amé como nunca imaginé que amaría a alguien.
Y ahora se me hace imposible pretender que no ha pasado nada, aunque es evidente cuan vacías son tus palabras. Pero qué triste es sentirse engañada por enésima vez, ahora sabiendo que todo es distinto y que hay algo mucho más profundo que atenta contra la continuidad de todo.

Les voy a contar una historia que pocos leerán y que unos cuantos conocen parcialmente...

Como muchos, creo yo, no fui una de esas hijas planificadas, mis papás eran jóvenes y estudiantes universitarios, ninguno tenía intenciones de traer una criatura a este mundo y medio en contra de sus voluntades, lo tuvieron que hacer. Se casaron y unos 5 meses después nací yo. Lloré antes de que me sacaran de la guata, lloré antes de que el Doctor me pegara la palmada y dijera "Es una niñita", lloré antes de que cualquier persona pudiera verme. Mi mamá dice que cuando me pusieron en sus brazos me encontró tan fea que creyó que tenía alguna enfermedad y que se lo estaban ocultando, dice que mi cabeza era demasiado chiquitita y estaba toda arrugada, además sufrí asfixia prematura, por lo que sus dudas no eran tan descabelladas.

Creo haber tenido una infancia feliz, viví con mis primos 10 años y tengo muy buenos recuerdos de eso. Son como mis hermanos, los amo infiniamente. Fui además una niña muy imaginativa, tenía tres amigos imaginarios (el Taque , el Simo y el Dua), vi al viejito pascuero, al ratón Pérez (el de los dientes), al conejito de los huevos de chocolate, y cada noche durante muchos años vi a un lobo sentado en la esquina de mi pieza, que fumaba un cigarro y no me dejaba dormir. Precoz para todo, empecé a hablar como a los 7 meses, aprendí a leer y escribir antes de los cuatro años, probé el cigarro a los 9 y la marihuana a los 11. Siempre fui muy extrovertida,hacía shows de baile en los cumpleaños, le hablaba a las personas en la micro, etc.

Estuve en muchos colegios, en siete, creo. En quinto básico empecé a ir a mis primeras fiestas con amigos, esas con permiso hasta las 12 de la noche, onda "mini lolos". Siempre sí tuve mis aventurillas con mis primas más grandes, que me llevaban a sus carretes con gente de 20 años..jaja....

En sexto tuve mi primer pololo, el Abel. Es un cubano re simpático que aún es un buen amigo. Duramos 9 meses y ni siquiera me acuerdo por qué terminamos. Lo quise mucho, fue una buena y bonita primera experiencia de "intento de amor". Entre séptimo y octavo pololié con el Salvador, duramos un año justo (del 7 de octubre del 98 al 7 de octubre del 99), él es un hombre demasiado especial, al cual quiero y quise muchísimo, con él fueron los primeros "Te amo", esos bien de niños, las salidas al cine, las comidas con los papás, etc. Somos amigos, yo creo que eternamente lo seremos. El Alex, mi tercer pololo, con él duré re poco, cerca de dos meses, pero ufff....yo creo que fue él el que más me gustó, estaba re loquita por ese niñito flaquito y moreno. Terminamos porque me dejé llevar por mis amigos, por sus comentarios y opiniones, en fin, una tontera. No lo he visto muchas veces después de eso, pero creo que le rompí el corazón y algún resentiemiento me tiene aún.

Siempre me fue bien en el colegio, los primeros lugares en todo y con mi personalidad estaba metida en cada actividad, de organizadora de lo que hubiese que organizar. Tuve buenos amigos y con muchos de ellos todavía mantengo ese lazo afectivo exquisito que me hace confesarles todo mi cariño cada vez que tengo la oportunidad de encontrármelos por ahí. Hija ejemplar, hermana ejemplar, sobrina ejemplar, etc. Muchas esperanzas y sueños puestos en mí.

Cuando tenía 13 años, en octavo, conocí al Sebastián. Él estaba próximo a cumplir 19 años, ya había salido hace dos años del colegio y no hacía nada, tenía cero expectativa de vida. No sé, me gustó, por esas cosas de la vida yo también le gusté a él. Empezamos a pololiar el 26 de diciembre del 99, en contra de todos y todo, de la opinión de mis papás, de los suyos, de amigos. Realmenete nadie nos quería juntos. Quizás tenían razón, nunca lo sabré. Extrañamente me convertí como en una polola-mamá, lo motivé a estudiar y trabajar, le elgía la ropa, le cortaba el pelo, las uñas, le hacía comiditas ricas. ¿Lo amé?, no sé, a veces digo que sí y otras veces digo que no. Más bien creo que yo lo salvé y él me acompañó, pues al momento de conocerlo yo me sentía una niña bastante solitaria.

Mis padres terminaron por aceptar al Seba, incluso llegaron a quererlo. Le vivían diciendo que me tenía que cuidar, que yo era una niña....y todas esas cosas que dirían los papás que ven a un hombre de casi 20 años pololiando con su hija de 14. Carretié harto, tuve amigos, la pasé muy bien.

El día de mi fiesta de los quince tenía un mes de atraso. Sólo el Sebastián y yo lo sabíamos. Ese fue el último día que estuve con mis amigos, que los ví a todos, que cantamos y bailamos, que vi a mis papis felices y orgullosos de mí. Ese fué el último día.

"Mami, estoy embarazada", la cara de mi mamá se desfiguró por completo, se puso a llorar, no me decía nada. Tomó el auto y se fue, chocó. No le pasó nada más grave de lo que le había hecho yo. Al rato llegó mi papá, con el rostro tres mil veces más desfigurado que mi mamá. Yo no paraba de llorar, no sabía que hacer, ni qué decir, ni nada de nada. Me mi ró y me dijo "¿Tú sabes lo que significa tener una guagüita?", yo callaba, "No la vas a tener", me dijo.

Mi casa estaba envuelta en una atmósfera negra. Fuimos todos al médico que corroboró mi embarazo delante de mis padres. Ya tenía siete semanas. Escuché latir el corazón del bebé, todos lo escuchamos. Yo no habría sido capaz de hacerle nada malo a ese bebé, no podía. Pasaron unos días y mis papás terminaron por resignarse, tampoco fueron capaces de someterme a un aborto. No vi más al Sebastián, el nunca apareció para dar algún tipo de explicación, a mi no me dejaban verlo, a veces me llamaba por teléfono y sólo llorábamos, nada más.

Mi papá no me habló en mucho tiempo. El 25 de diciembre me fui a la Clínica, mi papá se acercó y me dio un beso en la guata. Quizás suene exagerado, pero pocas veces he sentido una emoción tan grande como esa.

Braulio nació el 26 de Diciembre del 2001, el mismo día en que con su papá cumplíamos dos años de pololeo. Muchas cosas fueron difíciles, dejé un año de estudiar, aprendí a dormir menos, tuve que enfrentarme a una sociedad que no siempre acepta ese tipo de cosas. Pero una sonrrisa del Braulio lo curaba todo, cualquier pena, cualquier dolor. Cada cosa de él se transformaba en una razón para seguir viviendo. Cuando aprendió a decir mamá, cuando aprendió a caminar...cada cosa. Es tan inteligente mi niñito, tan hermoso, tan fuerte. También ha tenido que sacrificarse harto por tener una mamá joven e inexperta. Pero hay un amor inmenso entre nosotros, inmenso, ese a
mor que cada día me da fuerzas y que no permite que me rinda cuando el mundo se oscurece ante mis ojos, ese amor que ahora mismo me hace llenarme de lágrimas. Aún cada una de sus cosas sigue llenándome de vida y sé que eso seguirá siendo así por siempre, por todo lo que me quede de vida.

Continuará.....

El viernes te trae sorpresas

Otro viernes con panorama matutino, a eso de las dos de la tarde con el refrescante sabor de la cerveza mojando mis labios, fluyendo en mi lengua y entrando por mi garganta a mi estomaguito..jaja...Y por supuesto, mi tradicional y siempre bien ponderado, belmont corriente. Algunos dirán "toda viciosa ella"...Sí, lo mismo digo. Mis excusas al respecto al fin y al cabo son excusas, una estresante semana de pruebas varias, la campaña electoral, el centro de alumnos (Avíspate, eso queremos todos), las reuniones políticas, los reporteos en la calle, las patitas dolorosas....ufff....nada mal me viene el relajo del viernes, esta vez junto a mi amada amiga Joyce, casi hermana.
El vituperio no paro hasta eso de las 10 de la noche. Increíble, pero cierto. Y ya a esa hora había hecho todas las típicas bobadas que se me vienen a la cabeza cuando el filtro que hay entre el cerebro y la labia se diluye en los grados etílicos. Telefoneos, desubicadas "EXTREME", buscar la moral perdida, confesarle mi amor a mis amigos y mi odio a los enemigos, fotografiarme con un mimo, elogiarle la sonrrisa al tipo del Mc Donalds (se escribe así?), hacer amigos esporádicos (lo que esta vez también se dio en las calles)...En resumidas cuentas DAR JUICE.....qué mal.....pero qué bien.
Yo al menos termino como si me hubiese volcado en una lavadora con Omo ultra blanqueador y aprovecho de ser sincera con quienes lo necesitan. Resulta una buena terapia de la que sé que no tengo que abusar.
El día ha terminado y mi sangre empieza a purificarse. Escribí bastantes cosas hoy, pero mi mochila se quedó adentro de la camioneta y me da una ........ enorme ir a buscarla. Escucho a Green Day, no son de mis favoritos pero me gusta mucho "Wake me up when september ends". Tengo sed, la caña empezó más que pronto, en este rato me he parado como 10 veces a tomar agua.
Se viene un fin de semana repleto de actividades y trabajos. Pero he recuperado mi calma "no habitual" para tomármelo con juguito de manzana. Mañana carrete, jaja....para entrar en la exquisita lavadora de nuevo.
Las cosas mejoran. Tú lo sabes, cierto?. Gracias por estar ahí, del otro lado.....Y sin querer te esperé....y me gustó...
(La última gota de sinceridad para un día de Cha cha chá!)...No es que sea mentirosa la mayor parte del tiempo, más bien soy vergonzosa.....
Un beso....(Oh oh oh nada personal!)

jueves, noviembre 3

Un leve intento de instrucciones solicitadas en algún concurso de ciertos chiquillos con un proyecto...


Me gritó en la cara "¡No te merezco!"
y se metió bajo unas ramas
donde, por supuesto, me encontró
y después de la sal entrelazamos las manos y jugamos a dormir.
Se fue, yo miré el velador y ya no estaba,
ni en la escalera
ni en la cocina
ni en el cuadro que copió una día de aquellos, con sus afanes de artista,
Me engañó, pues ahí debería estar, según él.
Días después entendí que con un par de gotas, lo sabría...
Ahora, si retrocedes setenta y dos horas
y cierras mis ojos,
tienes que cruzar unas tres puertas,
y verás que el café se escapa con insistencia,
te sientas en las flores naranjas
hueles sus versos,
desparramas la caja azul
y chocarás con las "as", las "emes" y las "tes"...
Vuelves a las tres y cuarto y me cuentas cómo te fue
pues ahí yo lo vi
ahí lo veo siempre
ahí está, gritándome cosas sin sentido
y apretando mis labios, el desgraciado,
ese, el amor fugitivo.
Me avisas por si en aquel rincón
con sus cuerdas de guitarra
puedo volver a sentir el agridulce de sus dedos
en el paradero de la micro
entre el limón con sal y el huevo
entre los bostezos y las carcajadas
y los escarabajos que bajan por la pared de atrás...
Avísame
para volver a cantar con mis desafinaciones
en su oído,
en una tarde que huele a bocinas, choripan y smog.
Ahí lo encontrarás, taciturno y somnoliento
apoyado en mi hombro, tragándose mis risas
dejando un par de promesas escritas en el aire...
No chutees las letras, que ya se están rehabilitando de su falta de identidad.
Mejor dile que lo busco...no, no...
mejor pregúntale que quién se cree qué es para saber esas cosas
y comportarse de esa forma...no, no....
mejor dile que se quede ahí,
setenta y dos horas atrás,
en mis ojos cerrados.
Porque, perdona, se escuchan rumores de todas partes,
rumores que dicen que te miento,
que todo lo anterior son sólo letras atrapadas en mis setenta y.......
Y entonces, quién le pagará la recompensa,
eso me pasa por no mirarlo bien antes de proponerle....