lunes, diciembre 11


Son tantas y tan punzantes, terribles e inquisidoras las cosas que esta noche de insomnio quisiera escribir... que estas simples letras del teclado se vuelven pequeñas e insignificantes frente a mí, bajo mis dedos, débiles.
Me quedo con la garganta llena y con un nudo umbilical sin corte entre mis emociones y su expresión. Esta maldita pornografía de la conciencia. Me quedo, como siempre, contenida en mí misma, sin que nadie me vea, me descubra y me sacuda.
Ya no sé si son más irreales mis uñas doradas o mis ganas de secarme estrujada por tus dientes.
Esta madrugada me pierdo. Y una voz me advierte que no será la primera vez.

viernes, diciembre 1

Y camino...


Aquella, fue la última vez que cerré tu puerta.

Sabía, aunque nada me habías dicho, que los higos que comiamos juntos se secarían en el asfalto caliente de tu patio, se secarían en adelante sin jamás volver a deleitar nuestros paladares. En mi veloz retirada, de tu cama, de tus calles, recordé la frazada a cuadritos, los deseos locos de tocarnos, de descubrirnos a diario, era una aventura enamorarme al menos una vez al día de algo tuyo-mio que antes no había reparado en percibir.

Reviví, con un dejo de rabia hacia ti, aquella complicidad que nos caracterizaba. Eso de saber que había ciertas cosas que sólo tú entendías y que ahora tendría que suprimir de mi comportamiento, que había palabras que no podrían existir en otro diccionario que no fuese el nuestro. Olores, sabores y lugares tan impregnados por nuestra atmósfera que el más mínimo contacto con ellos, hoy, me dejaría sin aliento.

Pensé en el futuro arrebatado y perdido, ese que escribimos de mil colores, tan en el aire, tan efímero, tan cruel. Tan cruel que los hombres podamos soñar e inventar el futuro, imágenes, casas, viajes, besos. Porque no sólo sufrimos en el presente la falta de lo perdido, de un pasado que quisiesemos volviera, no es lo único que duele. Duele el futuro aplastado, incierto... vacío. Duele tener que rellenar tantas imágenes en que ahora faltas.

Sabía que te irías. Sabía que me iría. Pero nunca pensé que aquella mañana cerraría tu puerta por última vez. Habría lamentado más el sonido de mis pasos alejándose de tu ventana, habría dejado un besos más hondo en tus labios, habría dejado mi marca más profunda en tu alma.

Pero caminé, cotidiana, recordándote, reviviéndote, pensándote, como solía hacerlo todas las veces que tras tu puerta te quedabas, dulce, soñando conmigo.

miércoles, noviembre 1

Sensación de incompleto....

De pronto me invade el miedo
pánico caminar por las veredas
que mis pasos no se acerquen a árboles ni flores
que mis pasos, finalmente, no lleguen a ninguna parte
y me pase la vida dando vueltas en círculos
que me pase la vida con la nostalgia del todo
a la espera de nadie, de nada.
Qué miedo tengo
me tiemblan las rodillas, me tirita el mentón
deseo cubrirme hasta la cara bajo mis frazadas
apretar los ojos y los dientes
creer que al fin soy irreal y eterna e indisoluble.
Tengo miedo
de que el mundo, con todos sus temblores
sus rotaciones,
océanos
valles
puertos
montañas
no me parezca más que un espejo quebrado
angustiante y rígido
sombrío, sofocado.
El miedo de que estas letras
sean tan sólo un cúmulo de adjetivos, intangibles
vestigios de algún lugar
en donde no existieron sino anidados en tus pupilas
en tu silencio
que colmaba todos mis espacios
...
...

sábado, octubre 21

Ahí estaba sentada
sus ojos húmedos, ya pequeños
sus labios apretados impidiendo el arrebato de palabras imperecederas
por haber sido víctima de aquella historia,
de una pala y un hombre que emprendía camino cada mañana
que se entremezclaba en ecos lejanos, sinuosos...
de una pala y un hombre que regresaba
pálido
arrepentido
desgarrado
Se le veía
en el pasar de las horas, de mediodía a medianoche
cavar minuciosamente en la tierra
con su pala, el hombre
entre cantos, silbidos
y gritos horrendos
de entrañas ardientes y carcomidas.
Perpetua en la ventana
su paralizada figura
femenina
falta de nitidez, semi desvanecida
como bruma
niebla
como seguramente luce el infinito
a la luz de la muerte.
Y fue el silencio el único sobreviviente de aquella historia
que concluyó
en la disipación de los ecos
en el absurdo
de un hombre
que arrojaba su inerte cuerpo
al que había sido objeto de su dedicada excavación...
El fin
se escribia en la ventana
en los pequeños ojos de una mujer
aniquilada
por el absurdo de un hombre
que había cavado su propia tumba.

martes, octubre 10

Evolución... jaja...



Tú...
Yo... queriéndote.

domingo, octubre 1

Me detengo. Lluevo.


“Mátame” te dije y tu respuesta no fue otra que esa cara de extranjero que solías poner ante las cosas que te causaban indeferencia. Y es que no fuiste capaz de comprender que yo no podía morir en otros que no fueran tus brazos, aunque cientos de otros brazos en el mundo me sostuvieran de la forma más dulce y más perfecta, la última imagen que hubiese querido ver al abandonar este patético e inhóspito mundo –ahora sin ti- era la tuya.

Mi presencia entera, medianamente armónica se ha transformado en una falacia, en una efigie original sin precedente que se refleja en lo demás y se empapa de aquello. Todo por la falta de sorpresas, de ironías que cualquiera fuese su contenido terminaban por convertir todos los tiempos en uno –pasado, presente y futuro- en el desborde del corazón que de lleno se quejaba, que te contenía, te extrañaba y de vez en cuando te buscaba en la esquina del mundo desgastado, en esos lugares costosos en donde siempre que pasas dejas algo valioso desconociendo que jamás te será devuelto. “Jamás me fue devuelto” … desde mis pies el escalofrío que ha de recordarme mis culpas, mi cadena perpetua por el crimen de pactar ilícitamente una infinidad de joyas a cambio de piedras y rocas.

Entre lo literal y lo metafórico, escribo y mis manos angustiosas me cubren de vez en cuando la cara quizás por la vergüenza atroz de haber permanecido viva aún hasta hoy después de haber perdido aquella muerte, aquella muerte de sonrisas precedida por varios episodios perdonados, llorados, en los que nunca pude amarte menos. Por la vergüenza atroz de amarte un poco más de lo que tú, el orgullo y el tiempo me han permitido.

Pese y sobre todo lo anterior, sobre mi misma y mi ánimo de besarte o morderte los hombros, despertar contigo, despeinarte, susurrarte cualquier cosa sin importancia, llorar y llorarte… desprecio cada paso que das que en lo concreto no escapan de tu inestabilidad, tu cara de amarme al tiempo que mentías, tu cara de mentirme al tiempo que amabas, tu cara de mañanas, de tardes, de noches. Desprecio nuestras bromas, nuestras cervezas y caminatas bajo la lluvia, nuestras desventuras, gritos y reconciliaciones, nuestras conversaciones profundas y superficiales, abrazados, alejados, conectados por los azares, las estrellas, tu necesidad, mi amor.

Y así es. Así debió ser. No es más que la cadena alimenticia y sus jerarquías. Vivo, porque no escuchaste. Vivo, porque espero tu golpe certero que tarde o temprano ha de proporcionarme el final feliz. Ese que estipulamos, soñamos y nos prometimos.
Perdón por descubrirme y caer.

martes, septiembre 19

Es hoy.


Un peligro inminente me roza los dedos
distraída, rehuyo de aquel dolor adictivo
rehuyo del sonido de tus pasos cada vez más ténues
ligeros, profundos, moribundos.
Y es que ibas y venías con locos anhelos
con el sin sentido de la vida y el mundo en el bolsillo
Ahora, soy quien reniega del egocentrismo
de la enajenación, de los árboles .. tu pasar cantante, sutil.
Las eternidades, los infinitos, los ocasos,
me parecen asunto de niño malcriado, de niña malcriada
y sé, pronto, que las cosas no empiezan en uno mismo
no somos dueños de límites ni fronteras
menos de la palabra magna, menos de aquella palabra.
Las cosas no empiezan en uno mismo
más bien se envuelven en las siluetas, en los pantanos, en los océanos ..
en los malditos océanos.
Me amenaza la garganta y las entrañas
éste que me roza los dedos.
Y creo malinterpretar todas las señales de humo de mis ancestros
sobre todo porque desaparezco, me desvanezco,
me derrito y mi imagen se asemeja a aquellos charcos que inundan la capital en días de lluvia
Y creo malinterpretar cualquier escrito de origen egipcio -quién sabe-
en el que antes descifraba tus labios posados en mis múltiples mundos.
El peligro de vivir ciertas mañanas, tibias
y que en el pasar de las horas vaya perdiendo el aliento
para morir presa de la noche, fría.
El peligro de degollarme con las cuerdas de una guitarra
mientras tu voz se pierde en el silencio de todas las palabras juntas y condensadas.
Y su abrazo me provoca la más sincera de mis muertes
la única que ha podido escapar tanto de la lástima como de los aplausos
opacando al cinismo que se instala sucediendo nuestro fin.
El peligro de que esta vez las cosas comiencen en mi misma
de no saber cuándo debo sobrepasar el roce de los dedos
para sucumbir finalmente -y como siempre, y como nunca-
en el aliento de ese beso .. tan nuestro.
¿Me quedo?

sábado, agosto 19

Sin prisa...


Sobre mi epitafio clavo palabras
Ácidas, agrias, como ese cáliz que impuso mi fin
Fui pasión, impulsos rojos, furiosos
Fui fortaleza, alegría, amor por todo.
Y por más que traté no pude entender
Por qué lo más infinito terminó por envenenarme
Por qué me cansé de sentir, de sentir para nadie, para nada.

Ardieron mis manos,
Y se materializaron en frente de mis ojos, burlándose
Todos mis miedos y fobias
Todos los temores y caídas que no se cumplirían
Se posaron ante mí, sobre mí.

No recuerdo si regalé o perdí mis cosas
Maldita memoria, maldito pasado
Qué esquivos transitan hoy por mis pestañeos
Parece cómo si nunca hubiese nacido,
Cómo si nunca hubiese besado,
Nunca… nunca desperté acompañada en las mañanas
Siempre he estado a la deriva, con mis breves estados de sueño prolongado.

He estado quieta, sentada y muerta
Por más de mil infinitos años
Desde que caí del cielo, de mi cuna nubosa
Ni la belleza ni el júbilo han decorado mis días

Llevo la marca del que ama sin consuelo
El sabor del insípido veneno
La pasión derramada en etéreos pasos
El perdón que no tuve, que no di
Pero nadie lo puede ver,
Nadie me ve.

Sobre mi epitafio derramo lágrimas
Que no alcanzan a caer,
Se diluyen,
En todo lo que soy, en todo lo que fui.

martes, julio 11


¿Era ésta la sensación?
A tropiezos y pateaduras
piedras, rocas, hoyos
el pecho atosigado, respiros lentos
y esos gritos de derrota
esa cobardía que la muerte nos trae
con una sonrisa
con una negra sonrisa.
Yo nada veía
todos estaban allí
Yo nada escuchaba
todos hablaban, cantaban.
Amortajada me sentía...
Y escuché tu voz...
entre todas, escuché tu voz,
tu tierna y profunda voz
y tus palabras azucaradas se acomodaron en mis expuestas heridas,
tus letras convertidas en pañuelos secaron todas mis lágrimas.
Y miré tus ojos...
entre todos, miré sólo tus ojos,
tus cristalinos, marítimos ojos
y supe que sólo en ellos deseaba reflejarme
ellos, mis aguaceros, la cuna de mis esperanzas...
¿Era ésta la sensación?
De perderme en el lenguaje buscando lo que siento
cuando te pienso,
cuando te sueño,
de sumergir mi ser en los recuerdos, las palabras
y no saber qué pronunciar
qué palabras hilar
no saber qué nombre tienen todos éstos
que hoy están dentro mio...
que me tienen sonriente...
todos éstos que con una sonrisa grabaste en mi...
que me tienes sonriente...
Y nada fue cierto antes de esto
nada fue cierto antes de tu abrazo...
nada fue cierto hasta que abrí mis ojos y te ví
¿Era ésta la sensación?
De nacer en ti, por ti, contigo...
De saber que cada vez que apareces es nuevo, onírico y cierto...
Sentir que a aquella que creí tan esquiva, conozco...
su olor, sabor, apariencia, textura y melodía
¿Era ésta la sensación?
De volar en las letras y el sonido de tu nombre
lo único cierto...
tu nombre que destapó a la embustera muerte
que puso el regalo que es la vida ante mis ojos...
Tu nombre
que no me canso de pronunciar...de extrañar...
¿Era ésta la sensación?
¿Habría podido yo soñarla si quiera?
Por eso no me importa, si es comienzo, si es puente, si es fin...
porque es más que todo lo que pude soñar....
Mientras estés...y si te vas....
eres y serás...
como lo eterno del polvo cósmico.

viernes, junio 23

Salí de mi casa sin pensar hacia dónde iría. Un frío denso provocaba que el vapor saliera por mi boca. Entre tanto observar mi respirar, me dieron ganas de fumar. Los pulmones hacían su trabajo mientras yo seguía en mi ya habitual relación con la realidad, con las cosas del mundo, esa relación en que yo soy la más extraña y ajena de todas, en que mi interacción con palabras y actos es sólo el reflejo, lo que los demás pueden ver, pero de lo que yo soy incapaz de sentir.
Una hora bajo mis pies y ya estaba dentro del bus. Dormí, o al menos pensé que lo hacía. "Me aterra estar sola, me gusta sentir ese terror". Sin zapatos caminé por la arena, perdí el reloj un poco a propósito, así como una niña, cavé un hoyo y lo metí esperando quizás que el tiempo pudiera quedar sumergido, para que nadie supiera que yo ya no estaba, para que nadie me buscara. Me metí tres pastillas a la boca y con agua de mar me las tragué. Subí unas rocas a pesar de mis torpes pies, caí sobre una, y la sangre corrió por mis labios. Ahí estaba él, mirándome, no, más que eso, acariciándome con sus ojos. "Me volví loca". Y amé nuestra locura, nuestras caricias y besé nuestras lágrimas. Sentí el calor entre sus brazos y el amor entre sus letras, sentí su corazón palpitando en mi pecho, fuerte, casi violento. Y oí sus risas y lloré un poco, lloré porque hace días no oía sus risas. De la mano, caminamos. Olvidé el reloj perdido, la boca herida, los pies destrozados y las tres pastillas. Yo sabía que él jamás me diría la verdad, él sabía que en el fondo yo no quería saberla. Al fin y al cabo ¿Qué verdad puede ser más importante que oir su silencio que ahogarme en su respiración?.
Le conté mis historias, mis interminables historias actuadas casi por el tono de mi voz, por los movimientos de mi cuerpo y noté cómo le habían hecho falta, las ganas que tenía de escuchar mi voz, de ser parte de mi vida, de mis pequeñas aventuras. De pronto, me abrazó, me abrazó tan fuerte que sentí que mis huesos crujían, sentí que la intensidad del abrazo iba proporcionalmente ascendiendo con la amargura de éste. Más intenso y más amargo y más débiles mis huesos. El sabor de la sangre fría y casi putrefacta en mi boca, mi cuerpo húmedo, azul, sobre una roca. Un susurro lejano y tuyo retumbaba por dentro : "Ya no te amo".

lunes, mayo 22

"Vergüenza literaria" por donde se le mire..jaja...


¿Me notas exaltada y fría?
¿Preocupada?¿Temerosa?
Es que no hay ni ha habido...
no hay ni ha existido histora más angustiosa que la que se queda atrapada entre la garganta y la neurona
Yo te quiero mío
atrapado entre mis dedos
cautivado por mis risas y mi voz....
Yo te quiero mío
desde el nudo de tu ombligo-desconocido-
hasta el roce de tu miel en mi sudor
Adelantemos los pasos, el reloj
olvidemos el pudor de las pieles sonrrojadas.
No me importan...el precipicio...el dolor
si puedo dejar de imaginarte
y tocarte
y tocarte...
No quisiera ser burla del olvido
no debo ser nostalgia de recuerdo
¿Me notas exaltada y fría?
¿Preocupada?¿Temerosa?
Y es que no encuentro en mis letras tu tinta
para empezar a escribir nuestra historia.
Yo te quiero mío.

jueves, mayo 18

Algo suena aquí dentro


Parece como si la ficción se hubiese colado por mis manos pintadas,
manchadas,
No quedó en la memoria ni en el olvido el como sucedió,
nunca se supo.
Como si hubiese empezado a caminar en las puntas de mis dedos
para sentirme más grande.
Como si me hubiesen cantado en el oído lo que nunca recité,
recorrió mi cuerpo un escalofrío
un dolor hirviente
y se desvaneció....como vela, quedó apagado y derretido
ni en el suelo ni en ningún lugar real...
todo ficticio, todo onírico.
No tuve tiempo de despertar, de lavarme la cara y sonreír.
Menos tiempo de llorar,
no hay sincronía.. cronología... tic tac...
Nadie anuncia, nadie ve....
el mundo dejó de sentir.
La luz en el rostro, pupila dilatada, nariz helada, risa nerviosa
Se mezclo el suplicio y la alegría
el mundo dejó de mirar.
Se mezcló el suplicio y la alegría
el mundo como vela...se apagó.
Nada ha comenzado, nada tiene que acabar.

lunes, mayo 15

Mi computador es antiblogs, definitivamente ya no abre ninguno, por lo que me obliga a darme el trabajo de invetar un falso estudio en la biblioteca para intentar actualizar con letras este espacio que mi imaginación se había ganado en la red. Da un poco de verguenza ponerse a escribir luego de leer a tanto joven talentoso. Debo decir algo...algo de lo que no tengo menor duda, como pocas cosas en la vida. Confieso y declaro que mis escritores favoritos de este mundillo cibernético son: Pepe Romano - quien me agrada leer en un cien por ciento- y Cristobal Martinez, el coronel. Simple y profundo.
Así que como que me dieron ganas de volver a mi orígenes periodísticos -entre tanta norma y ley de la que intento escapar- para convertirme en una crítica- aunque del tipo the Clinic o Las últimas noticias, solo estudié un año jaja- y decir que creo que serán grandes escritores. Aunque quizás ninguno de los dos quiera serlo y aunque mi opinión sea absolutamente irrelevante.
Pepe Romano, Lobo, o como sea.....según mis percepciones no tienes nada que envidiarle a Cortázar, eres genial. Es entretenido el paralelo que se forma entre tu vida y tus letras, al menos eso aprecio yo, como puedo llegar a conocerte, a entender ciertos puntos, imaginar y fantasear con otros. Creer que vislumbro episodios de tu vida, algunos que pueden parecerse a los míos, porque claro, cierto que todos vivimos cosas similares, creyendo que son experiencias únicas e irrepetibles, cierto que sólo algunos tienen la sutileza de pincelarlos, con belleza, con ironía....
El reloj (objeto clave para mi orientación en la ciudad) me apura..... Araneda senil me espera en clases y yo aquí tecleando....Tendré que ser más breve, poco concreta, incompleta....
Cristobal me hace recordar, sentir el olor de la nostalgia, reir con recuerdos ajenos... Me encantan sus frases, mezcla de lo etéreo, lo inexistente y lo real. Y siempre con apariencia tan simple..y siempre tan punzante....
Suspiro y me voy, pensando que no escribí ni expresé la cuarta parte de lo que hubiese deseado.... ni estéticamente bello ni oloroso, sin textura ni forma. Lo que menos hubiese querido para agradecer a mis escritores favoritos por abrir ciertas puertas, con sus sílabas, con sus versos....
Sólo un aplauso y una reverencia. Jaja....me imagino y me veo chistosa haciendo eso....y una advertencia: "Sepan que el día que quieran publicar sus escritos, tienen el primer ejemplar guardado bajo la almohada de esta señorita".

domingo, abril 2

(Cosas nocturnas)


Cuando yo era chiquitita vi al Viejito Pascuero....juro que lo vi! Estaba en el cielo, en su trineo, con luces naranjas, verdes y rojas...ahí estaba el viejito y yo estaba ahí para verlo.
Cuando yo era chiquitita vi al ratoncito Cristian Pérez, sí, ese de los dientes. Yo insisto que ese es su nombre aunque algunos osados han renegado de aquello. Yo lo vi debajo de las maderas de mi pieza. Era muy parecido a Alf, pero en miniatura.
Cuando yo era chiquitita vi al conejito en mi ventana, estaba poniendo tres huevitos al lado de mis osos. No me refiero a "poner" como los pondría una gallina, más bien es como los pondría mi papá. Mi papá que me hizo ver durante todas las noches de mi infancia, en la esquina de mi cama, un lobo que fumaba sentado en un sillón rojo....si mi papá no hubiese roncado, yo habría sido una niña menos valiente.
Cuando yo era chiquitita vi al Taque, al Simo y al Duá. Y esta noche los extraño. A veces los extraño.
Extraño los ojos que tuve cuando chiquitita.
Extraño las imágenes que con los años he extraviado.

martes, febrero 14


Sin el roce de las manos
los dedos vacíos, abandonados...
y el alma perpleja por tanto vicio
por tanto recuerdo que clama
que huye
se levanta
y parte
........ desnudo, acorralado...
El temblor de la herida,
La sangre del pasado
no me calman.
Me apuñalan la conciencia
el malgastado corazón
alguna vez envuelto en cenizas
ahora enterrado, clavado, partido....
Mas simples quieren ser
los vecinos pasos
los golpes, las futuras puertas
las entradas, sin salidas..
los versos, con labios...

jueves, enero 26

Reclamo!

Debo decir que al entrar en MI BLOG he detestado en el alma ese color rosado grosero del título. Encuentro de los más arbitrario lo sucedido. A mí nunca me ha gustado el rosado! De hecho es el último color que elegiría a la hora de pintar un título...Este se ha transformado en el momento amargo del día....o de la madrugada más bien...
In-dig-na-da...

Buscaré la forma de vengarme...

Quizás una huelga de hambre ¿?

¿?

miércoles, enero 25

Viaje al fondo de mis cosas...


Me sorprendí odiando las migas de la mesa, sacándolas una a una y casi maldiciendo al vil ser que se atrevió a esparcirlas sin ningún pudor. Me sorprendí haciendo mi cama de la forma más perfecta que se pudiera conseguir, que ningún centímetro falle, que los cojines queden perfectamente ordenados. Me sorprendí odiando la pasta de dientes abierta, con esos restos duros que me asquean hasta el cansancio, la incontenible rabia que me dio sólo el verla ahí, tan quieta, arrojada en el lavamanos. Sí, soy una mujer maniática, descubrí. Eso y tantas cosas cotidianas suelen ennegrecer mi genio y puedo llegar a ser irritantemente insoportable.

Impaciente. No hay virtud menos mía que la paciencia. La ansiedad me corroe a diario. Y así rompo cosas, grito, lloro, me como las uñas....etc. Sí, soy una mujer tremendamente impaciente, asumí.

Me encontré en la penosa situación de llorar frente a las palabras, frente a la música, en el teléfono, en la ducha, en la micro, frente a esta misma pantalla. De llorar por cosas mínimas, cosas por las que quizás nadie lloraría. En la penosa situación de llorar en hombros ajenos, sobre el que amé, de llorar de noche y de día, de llorar, simplemente. Y de recordar cuánto lloro, cuánto y por qué, tan sólo de recordarlo vuelven las ganas de llorar. Porque mi exterior no es más que el reflejo de mi fragilidad, hasta de mi exageración. Soy una mujer extremadamente llorona, sensible, hiperbólica (sí, puede que sea una palabra recién inventada, no la pienso buscar en la RAE).

Me ví, parada allí, riendo de cualquier cosa. Con esos ataques de risa que suelen contagiar a las personas. Y recordé que todos los días río...y que me encanta. Y que me encanta compartir esas risas. Y supe entonces que sí, soy una mujer alegre.

Me veo, corriendo por las calles, bajando rápidamente las escaleras y pidiéndo mil disculpas, porque aunque quiera y haga hasta lo imposible (en mis nociones de posibilidades-o imposibilidades-) siempre llego tarde a todos lados, siempre hago esperar a la gente...siempre!. Y entonces reniego de mi condición de mujer impuntual.

Viajé por mi memoria y me encontré besando una cara, unas manos, cantando al oído, escribiendo cartas de amor, cortando uñas ajenas, haciendo pancito con huevo, con palta....acariciando una espalda, un ombligo, diciéndo esas palabras, esas.....y las mariposas en la guata..... contando mis cosas, escuchando, aconsejando, sintiendo....Acurrucándome, independiente del calor o el frío....Amando. Soy una mujer romántica, tierna, soñadora y entregada...lo sé.

Soy una bruja, celosa y posesiva. Y exigo una EXCLUSIVIDAD casi enfermiza. Las palabras bellas sólo para mí, los piropos sólo para mí, las confesiones solo para mí. Y me duele en el alma sentirme relegada a un segundo lugar. Y odio a cualquier mujer que ande metiendo sus narices moquillentas en mi terreno!...Y así pues, las experiencias de la vida más brujilda me ha puesto.

Siempre aperro. Me llevo bien con todo el mundo pese a que soy (no sé por qué) un tanto misántropa. Me pillo siempre conversando de lo lindo entre puros desconocidos...jaja...dando hasta discursillos (no lateros, creo), peliando, incluso, defendiendo mis ideas. ¿Terca como mula? No tanto. Más bien Jalisco (Jalisco nunca pierde).

Mujer idealista. Por siempre y para siempre. Amén.

Y claro. Me faltan un millón de cosas más. Si soy mujer pues, las mujeres somos un complejo mar con más de un horizonte....

Un pequeño viaje hasta el fondo de mis cosas.....

domingo, enero 22

Por entregarle al mundo tu inspiración....


Silvio, siempre me causas esa melancolía dolorosa. Tus canciones tienen aroma y sabor, eso es lo increíble de escucharte. Sentirme yo en cada una de tus letras, en cada uno de tus versos. Y es que (cierto) las historias se repiten y repiten en cada alma que ruidosa y silenciosamente se atreve a vivir en este mundo.
Te escucho y me contagio del dolor de las hojas que el viento se ha llevado de los árboles.
Te escucho y me tiemblan las rodillas al recordar esas mentiras cubiertas de falsa fortaleza que uno se debe inventar a sí mismo o a esa esquiva alma que bailó en mis dedos.
Te escucho y se escuchan en mi las risas de los momentos felices que inundaron los segundos, esos que uno suele anhelar y que sin embargo siempre resultan tan breves.
Te escucho y puedo ver lo diferente que es la vida cuando se ama, cuando uno deja de pertenecer a uno mismo.
Te escucho y me invade la impotencia de querer y no tener, de extrañar y no conseguir, de tener preguntas que nadie contestó, de guardar besos, de no poder entregarlos.
Te escucho y vuelo entre las nubes de esa esperanza, de esos sueños que tantas veces he rechazado, de esos de los que tantas veces he querido desligarme, cortar las cadenas.
Te escucho y me deshago, me siento débil, pequeña, vulnerable, inexacta. Me parece que suenan al son de la guitarra las cuerdas de mi alma. Me vuelvo la consecuencia de todo, la consecuencia de las palabras, las circunstancias, los pensamientos.
Te escucho y al comprender que las cosas te rozan, te abrazan, te pegan, te matan...al comprender que de eso se trata la vida, que se hace inevitable y hermosamente desgarrador dar todos los pasos que faltan en un puente roido...Claro, yo también desearía un rabo de nubes, pero pienso que si lo hubieses encontrado no existirían esas letras que hoy le dan significado a mi sentir, a mis suspiros...a mis mañanas...
Admirable...admirable...
...Por entregarme a mí tu inspiración...

lunes, enero 2

En extinción...

Blog en desuso....nuevo año han de traer nuevas formas.....
Yo sigo escribiendo pero he asesinado mis vanidades literarias....
Además es buena forma de simular dejar atrás las letras que aquí yacen heridas....

I'll see you soon....

“Solo sé que no sé nada de tu vida
solo me colgué una vez en el pasado
presenté mis credenciales a tu risa
y me clavaste una lanza en el costado...”


(Andrés Calamaro)